Escrito por
Archimago Ansirem Tejerruna
Dalaran
INTRODUCCIÓN
El antiguo imperio Gurubashi alimentó leyendas inquietantes y fascinantes que, sin duda, pueden rastrearse en la zona. Ya que el estudio de su sistema de creencias y prácticas sociales han señalado la gran importancia del entorno natural.
Mientras ahondaba en muchos aspectos de su adoración a las culebras en volúmenes anteriores de este estudio, analizo aquí la interesante y peculiar relación de los trol con el mar.
EL MARE MÁGNUM
El imperio Gurubashi estaba rodeado por el mar en tres de sus costados, así que no resulta sorprendente que el agua desempeñara un papel preponderante en su sociedad. Si bien los trols eran capaces de ir de un lado a otro y controlar vastas extensiones de jungla dentro de su imperio, el mar los eludía. Era vasto e inconmensurable, sin duda un vecino desconcertante para los poderosos trols.
Es preciso aclarar que recientes descubrimientos sugieren que los trols
no mostraban demasiado interés en explorar las tierras que había más
allá del Mare Magnum. Aunque se han hallado especies de trols en toda la
extensión de Azeroth, Khaz Modan y Lordaeron, apenas se han encontrado
vestigios de su civilización en las tierras recientemente descubiertas
de Kalimdor o en las islas de los Mares del Sur. Tanto si esto demuestra
la nula disposición de los trols a aventurarse fuera de sus tierras, como si se trata de la
ausencia de tecnologías para acometer tal empresa, es preciso una
investigación y un análisis que escapan al alcance de estos escritos.
No
obstante, resulta difícil ignorar una presencia tan importante. De
hecho, nuevos hallazgos en las extensas ruinas trol de la Vega de
Tuercespina muestran un aspecto de su relación con el mar anteriormente
desconocido y no documentado.
LA PIEDRA DE LAS MAREAS
Recientes descubrimientos efectuados durante el reconocimiento de las ruinas trol de la Vega de Tuercespina contienen referencias a un
objeto conocido como la "Piedra de las Mareas". Diversos fragmentos de
leyendas trol pueden unirse para pintar un cuadro bastante completo de
la Piedra y establecer su significado para el Imperio Gurubashi.
Al
parecer, la Piedra de las Mareas ofrecía a su portador el control del
agua en sus diversas formas: ríos, lluvia y mareas. Dadas las historias
relacionadas con el uso de la Piedra de las Mareas, he conjeturado que
se trata en realidad, de una manifestación física de los poderes del Señor del
Agua, un poderoso elemental de los mares. La razón y la manera en que un
objeto de estas características escapa al control del Señor del Agua y
cae en manos de los trols es otra cuestión que está fuera de mi alcance.
EL PORTAMAREAS
Imitando
el movimiento de las olas, la Piedra de las Mareas entró y salió del
mundo de los trols, sin permanecer en manos de ellos más de una
generación cada vez. Según las leyendas trol, la primera vez que la Piedra de las Mareas
entró en el Imperio Gurubashi, fue encontrada por un guerrero trol que
caminaba por la costa de Tuercespina. Halló una misteriosa piedra azul
que contenía unos filamentos lechosos que flotaban y fluían en su
interior. Intrigado por la piedra, el guerrero la guardó y continuó su
camino.
Tras unas semanas, o quizás meses, el guerrero descubrió que la piedra le había otorgado el control sobre el agua. Podía invocar elementales de agua, criaturas hechas totalmente de agua, realizando hazañas solo propias de los poderosos magos del Kirin Tor.
El
guerrero viajó a Zul'Gurub, en pleno corazón del Imperio, para mostrar
sus nuevas habilidades al Emperador. Le escucharon en la corte tras
demostrar sus poderes en el centro de la capital imperial. Estos poderes
sorprendieron al Emperador Gurubashi, quien de inmediato le otorgó un
sitio de honor en la corte y nombró al guerrero "Portamareas", dejando
atrás su antiguo nombre.
Durante años, el Portamareas sirvió al Imperio
Gurubashi, invocando en la batalla a los elementales de agua sometidos a
su voluntad y manipulando el cauce del agua en la Vega de Tuercespina
para beneficio del Imperio. Pero con el paso de los años, el Portamareas
se volvió cada vez más solitario, tendiendo a permanecer largos
periodos fuera de la corte.
El Portamareas ocultaba un secreto a
la atenta mirada de la corte. Las cualidades que le otorgaba la Piedra de
las Mareas incluían una maldición. Con el paso de los años, el Portamareas se fue desvaneciendo. Cada vez que la marea
subía y bajaba, el Portamareas iba perdiendo paulatinamente su forma
corpórea original, cobrando y perdiendo vida de forma intermitente.
Hasta que, en el ocaso de su existencia, viajó al lugar en el que había
encontrado la Piedra, se internó en el mar y desapareció para siempre.
Generaciones
más tarde, la Piedra de las Mareas regresó a las playas de Tuercespina y
eligió a otro Portamareas, un trol que la condujo hasta Zul'Gurub. Este proceso se repitió durante generaciones: la Piedra
aparecía con la marea y, posteriormente, el Portamareas desaparecía en
el mar.
En varios sitios se cuentan versiones modernas del mito
de la Piedra de las Mareas, pero lo cierto es que resulta sorprendente
que un objeto tan poderoso apareciera con tanta regularidad, por
designios de un ser desconocido.
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